domingo, 2 de octubre de 2011

Riesgos del alcoholismo




Es bien conocido que el alcoholismo es una enfermedad crónica que dispara el riesgo de complicaciones graves y de muerte prematura. No se sabe tanto, en cambio, del impacto diferente que tienen estas bebidas en hombres y mujeres, pese a que en las últimas décadas las féminas de Occidente tienen unas pautas de consumo similares a las de los varones. Un grupo de investigadores catalanes acaba de publicar nuevos hallazgos que podrían arrojar algo de luz en este campo.
El ensayo, publicado en el último número de 'Medicina Clínica', ha estado dirigido por Arantza Sanviens, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Germans Trias  Pujol que, en colaboración con expertos del Hospital Universitario de Bellvitge (ambos en Barcelona), ha analizado a un total de 480 pacientes (un 78 varones) ingresados para desintoxicación alcohólica en las unidades de tratamiento de los dos centros sanitarios.
"La prevalencia del consumo de alcohol es elevada en España. Hasta un 73% de la población con edades comprendidas entre los 13 y los 64 años ha consumido alcohol en el último año y un 10% las toma a diario... Un 7% de los hombres y un 3% de las mujeres son bebedoras de riesgo (más de 40 gramos al día en varones, más de 24 en féminas)", introducen los investigadores.
Las alteraciones hepáticas, nutricionales y metabólicas son relativamente frecuentes entre los bebedores. Los científicos evaluaron estos tres parámetros en todos los participantes, con una media de edad de 43 años. Asimismo se analizó las enfermedades asociadas al abuso de etanol y si tomaban o no otras drogas. Los datos revelan que un 94% de los pacientes presentaron más de dos alteraciones y al menos un 35% mostraron tener una de las tres alteraciones enunciadas", reza el ensayo.


Por sexos, al parecer, ellos tenían más posibilidades de afectación en el hígado que ellas aunque estas últimas tenían mayores complicaciones nutricionales y metabolíficas. Es más "las mujeres presentaban hasta cinco veces más posibilidades de ser obesas en comparación con los hombres", agregan los investigadores.
En cuanto a otros problemas médicos asociados, los investigadores destacan que los un 23% de los ingresados (más féminas que varones) padecía depresión y hasta un 8% deterioro cognitivo. Además, "ellos solían consumir más cocaína mientras que en ellas era más frecuente estar en tratamiento con metadona".
Para Emilio González y Francisco Santolaria, del Hospital Universitario de Canarias (Tenerife) y autores de un editorial que acompaña al estudio, las diferencias en el las consecuencias del consumo excesivo de alcohol entre el sexo masculino y el femenino son muy marcadas. "Se sabe, por ejemplo que ellas son más propensas que ellos a desarrollar miocardiopatía alcohólica, con menor consumo y durante menos años", detallan.
Lo que más llama la atención a estos expertos es la prevalencia de deterioro cognitivo encontrado en el estudio. "Resulta llamativo si se considera que la edad media era de 43 años. La atrofia cerebral constituye uno de los fenómenos más invalidantes del alcohólico crónico. La mujer presenta un mayor grado, además de más pérdida neuronal", especifican.
El trabajo sirve, en palabras de los editorialistas, "para traer de nuevo a primer plano el candente problema del alcoholismo, esta vez en un amplio colectivo urbano, donde, como se señala, el uso además de otras drogas es frecuente. La afectación multiorgánica del alcohólico crónico convierte esta adicción en un problema sanitario de primera magnitud frente al que las medidas emanadas desde la administración son aún insuficientes".
Además quedan otros problemas por resolver, como "¿cuántos bebedores excesivos existen en nuestro país que bien porque sus síntomas son escasos o infravalorados, bien por marginalidad, por sentimientos de vergüenza o culpabilidad u otras causas no son detectados? ¿Hay más hombres que mujeres en este colectivo? ¿Cuál es el riesgo de progresión". Resolver estas preguntas supondría solucionar un gran problema de salud pública y a buen seguro evitar morbilidad en individuos relativamente jóvenes y muchas muertes prematuras".

El miedo al compromiso



Cada vez más, nos encontramos en las consultas psicológicas a personas con cierta edad que no tienen pareja. Este aspecto es importante, ya que desean tenerla pero les da miedo comprometerse de por vida con alguien. Por supuesto, el factor edad es menos relevante para este problema, pues cada uno encuentra pareja en diferentes momentos y a diferentes edades... 

Sin embargo, el hecho de querer vivir en pareja y no poder hacerlo por miedo, es un factor que nos descubre una personalidad peculiar que se puede tratar y mejorar con el fin de que el individuo consiga su objetivo. 
Aparte de las personas que acuden a consulta con un propósito claro de mejoría, existen otras personas que parecen jóvenes eternos, los típicos amigos que no dejan de salir por la noche a discotecas y fiestas y que parece que mantengan la energía de los 15 años, cambiando a menudo de pareja, sin conseguir centrarse. 

A pesar de que el grupo de referencia de estas personas avanza y forma familias, ellos siguen en la dinámica de hace años, sin existir un ápice de progreso en su dinámica habitual, como si estuvieran estancados. Todos los que les rodean se dan cuenta de ello e incluso, se lo comentan, pero es fácil encontrar, por su parte, una mala contestación, una gracia o una justificación desmesurada. 


Siempre poniendo peros a las parejas 

Estas personas suelen ser buenos conquistadores. Sin embargo, sus relaciones a menudo se rompen en poco tiempo por su miedo al compromiso. Este miedo se va a reflejar muy claramente en la retahíla de "peros" que van a encontrar en sus distintas parejas. Todas tendrán algún "pero" y no serán las ideales para ellos. 

También es muy común que el nivel de exigencia de estas personas sea muy elevado. Mantienen el listón muy alto, con lo que es difícil que ninguna pareja consiga alcanzarlo. Por otro lado tendrán dificultades en expresar sus emociones, precisamente por ese miedo al compromiso y a que la pareja se crea más de lo que el otro desea. 

Por ello, pocas veces demostrará sus sentimientos. La frase "te quiero" no estará en su repertorio y, por supuesto, las parejas se cansarán de no recibir nada y le abandonarán. 

Necesitan controlarlo todo, pero no pueden hacerlo con una pareja, lo que les produce angustia y rechazo. 

Normas rígidas 

Como una característica de personalidad importante, estarán sus "normas rígidas" de cómo tiene que ser una pareja. Si las cosas no salen o no son como ellos esperan, se frustrarán y tirarán la toalla sin luchar, ya que considerarán que su punto de vista es el correcto y que ellos no son los que tienen que cambiar. 

Son personas muy controladoras y estando solos, consiguen controlar todo su entorno, pero cuando comparten su vida con otra persona, el control desaparece, ya que no pueden controlar al otro. 
Aparecerá un miedo a las posibles consecuencias de sus conductas que no conocen, ya que serán situaciones nuevas vividas en pareja. Este miedo les provocará angustia y por supuesto, un rechazo a esa situación que les resulta tan poco protectora. 

Romperán las relaciones una y otra vez por falta de estrategias para solucionar las cosas novedosas que se les planteen. 

Jóvenes eternos 

Su afán de diversión y de fiesta no es más que una coraza para disimular el malestar que les produce su situación, pues son conscientes de su pasividad y de su poco avance, sobre todo cuando tienen con quiénes compararse (amigos que se casan, que tienen familia, etc.). 
Su dificultad para expresar emociones y sus normas rígidas de cómo tienen que ser las cosas, les impiden buscar ayuda y seguirán manteniendo el papel de jóvenes eternos, hasta que la presión encubierta mantenida durante mucho tiempo les provoque problemas emocionales, como la depresión. 

Caerán en picado y su coraza se caerá con ellos, apareciendo entonces todas sus debilidades y todos sus miedos, a los que no sabrán hacer frente. 


Dificultades para comunicarse 

Otra característica es su dificultad a la hora de comunicarse, ya sea con las parejas o con los amigos. Rara vez expresan sus ideales o sus discrepancias, manteniendo siempre la perfección. 
No hablan de ellos ni profundizan, y sus conversaciones tratarán siempre de temas superfluos con el fin de dirigir la atención hacia otros temas y no hacia sus verdaderos miedos o dudas. 

Con las parejas mantendrán una comunicación activa y conquistadora, pero poco concluyente, con vacíos y lagunas, y no se darán a conocer tal y como son, cosa que hacen con casi todo el mundo. 
Tienen que mantener su rol de juerguistas por temor a ser criticados o minusvalorados por otros y así, no podrán expresar sus miedos con facilidad. 

Aquí también aparece un miedo a sentirse inferiores o a que alguien conozca sus verdaderas emociones, con lo que el no compromiso ayudará a mantener intacta esta parcela tabú. 

Parecen ideales, pero no lo son 

Parecen las parejas ideales a simple vista, entran mucho por los ojos y gustan a casi todos. Son atractivos, graciosos, comunicativos... Pero a la hora de la verdad, cuando aparecen problemas o cuando hay que hablar más en serio, no saben estar a la altura. 

Cambiarán de tema y se saldrán por la tangente, provocando en los demás sospechas o extrañeza. Quieren pasar desapercibidos, pero al final todos hablarán de su comportamiento. 

Probablemente, una vez alcanzada cierta edad, estas personas caen en un pozo sin fondo cambiando completamente su percepción de las cosas y dándose cuenta de sus debilidades. 

¿Cómo superar el miedo al compromiso? 

Por supuesto, deberán ir tocando punto por punto y, probablemente, con ayuda de un profesional, todos los aspectos que hemos comentado más arriba. 

Necesitan: 

Llevar a cabo una cura de humildad. Expresar sus inseguridades a algún amigo les ayudará a descargar la presión y a comprobar que no pasa nada. 

Valorarse más a sí mismos, tal y como son, con sus defectos y con sus virtudes. Controlar la autocrítica será un aspecto a tratar. 

Buscar todos sus miedos y desmontarlos con razonamientos coherentes. Es más que probable que tengan muchas distorsiones y errores cognitivos. 

Regularizar su necesidad de control y permitirse ser más libres a la hora de realizar ciertos comportamientos. No es necesario que las cosas sigan siendo como se las han impuesto, pueden cambiarlas. 

Analizar sus historias familiares para buscar "porqués". Seguramente, proceden de una educación rígida con padres sobre protectores, con muchas normas y con críticas cuando se rompen dichas normas. Esto ayudará a la persona a darse cuenta de que muchos comportamientos no son suyos, sino inculcados desde la infancia, y que pueden cambiarlos.

Regeneración neuronal.



Contrariamente a lo que sostenía la antigua tesis de la Neurología que afirmaba que en el cerebro adulto no se regenera ninguna nueva neurona, actualmente se ha demostrado que en por lo menos dos zonas cerebrales se reproducen las neuronas durante toda la vida.
Si se lograra conocer a fondo este mecanismo se podría revertir la pérdida de neuronas producida por enfermedades o por accidentes invalidantes, regenerando las áreas del cerebro afectadas.
La antigua sentencia nefasta que ensombreció las esperanzas de encontrar cura para las graves afecciones del cerebro, fue el dogma incuestionable impuesto por Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), de que las neuronas no se reproducen y que todas mueren inexorablemente.
Sin embargo, en el Instituto de Tecnología de Massachussets, Joseph Altaman, pionero en este campo desde la década de los años sesenta, y otros investigadores posteriores, lograron demostrar, que en el bulbo olfatorio y en una parte del hipocampo relacionada con el aprendizaje y la memoria, se desarrollan durante toda la vida nuevas células nerviosas.
Este mecanismo permite que la red neuronal se modifique, le otorga plasticidad al cerebro y le permite reaccionar a los cambios del ambiente para generar la conducta apropiada.
Esta condición del cerebro haría posible la formación de células nuevas en otras zonas del cerebro para sustituir las neuronas perdidas por causa de infartos cerebrales, procesos de demencias o por lesiones.
Desde hace algunos años se ha estado observando que las células de la glía (tejido de sostén de las neuronas), con frecuencia tienen una acción precursora de las neuronas, llevando a cabo funciones como la regulación de la circulación sanguínea cerebral, la formación de capas de mielina aislante en las prolongaciones nerviosas, y la intervención en los contactos inter neuronales, además de otras tareas varias; pero también pueden ser el punto de partida para la génesis de las células nerviosas.
En el caso del bulbo olfatorio, estas nuevas neuronas que surgen de las células troncales o células madres del cerebro adulto, y son los astrositos; células de la glía con forma estrellada que existen en forma abundante en todo el cerebro.
Las células troncales o células madres, son indiferenciadas o sea que parecen no tener una tarea específica; pudiendo evolucionar hacia distintos tipos de células diferentes, además de reproducirse como células madres.
Cuando estas células madres agotan su función de producir reservas de si mismas, también dejan de reproducir células nerviosas.
Esto es lo que sucede en el desarrollo del resto de las zonas cerebrales, menos en las dos zonas mencionadas donde continúan surgiendo neuronas complementarias.
La ciencia tiene grandes esperanzas en la activación de la producción de células nerviosas en forma artificial en las regiones del cerebro que no se regeneran.
Para conseguir este objetivo deberían reprogramar los astrositos, mediante modificación genética, para que sirvan de células madres en esas zonas y produzcan nuevas células nerviosas específicas para esas regiones.
Para esto es necesario que las nuevas células nerviosas se unan a una red de neuronas preexistente, porque sólo algunas conseguirán incorporarse con éxito.
.Benedict Berninger _ Magdalena Götz

¿Qué es la autoestima?

La autoestima corresponde a la valoración positiva o negativa que uno hace de sí mismo. Se refiere a cómo la persona se ve a sí misma, lo que piensa de ella, cómo reacciona ante sí.
Es una predisposición a experimentarse como competente para afrontar los desafíos de la vida y como merecedor de felicidad.

Su importancia.

Tiene una enorme importancia, ya que de la valoración que uno haga de sí mismo dependerá lo que haga en la vida y su participación en ella. Además, condiciona el proceso de desarrollo de las potencialidades y también la inserción de la persona dentro de la sociedad.

¿Cómo se construye?

La persona no nace con un concepto de lo que es, sino que este se va formando y desarrollando progresivamente en la medida en que se relaciona con el ambiente, mediante la internalización de las experiencias físicas, psicológicas y sociales que la persona obtiene durante su desarrollo.

Síntomas asociados a su carencia:

Depresión, timidez, vergüenza, miedos, ansiedad, trastornos psicosomáticos (somatizaciones múltiples), enojos, angustia, soledad, disfunciones sexuales, inseguridad, adicciones, dificultades en el estudio y en el trabajo, postergación de las decisiones, desórdenes de la conducta alimentaria (obesidad-bulimia-anorexia).

Tratamiento

• Afirmaciones de signo positivo
• Evitar pensamientos de imposición y autocensura
• Reestructuración cognitiva de pensamientos automáticos
• Visualización de aspectos y resultados positivos.

Para poder ayudar a una persona que tiene autoestima baja, primero que nada se tiene que concientizar del problema y luego se la podrá ayudar, llevándolo a un especialista y apoyándolo durante el tratamiento o el proceso de diagnóstico y recuperación.